El juez de instrucción de la Audiencia Nacional de España, Baltasar Garzón, afirmó el martes en Córdoba que en la Argentina hay jueces y fiscales que «trabajan seriamente, dejando la piel», para conseguir «recuperar la verdad y la justicia» en procesos que se ventilan por crímenes contra la humanidad.
«No es cierto que no hay en la Argentina jueces y fiscales que no traten de esclarecer estos hechos. Lo importante es que esa sinergia se extienda», manifestó el magistrado, para luego redondear su pensamiento: «Yo creo, y lo he dicho públicamente, que en Argentina hay un nuevo aire, se respira mejor».
Apuntó que en el país han ocurrido cosas que «hace apenas un año no se podía imaginar», y, en ese sentido, resaltó la nulidad de las leyes de obediencia debida y punto final, lo cual posibilitó la reapertura de causas judiciales contra represores de la pasada dictadura militar.
Baltasar Garzón disertó en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Córdoba sobre Derecho Penal Universal, avances y retrocesos. Lo escuchó una audiencia compuesta por más de dos mil alumnos de esa casa de estudios, jueces cordobeses, abogados y público en general. En representación del Gobierno asistió el secretario de Justicia de la Provincia, Héctor David. El expositor fue presentado por el decano de la Facultad de Derecho, Ramón Pedro Yanzi Ferreyra.
Durante su exposición, el juez español reseñó la evolución durante el siglo pasado de los episodios más resonantes de violaciones a los derechos humanos en el mundo y luego de mencionar el genocidio en el Congo Belga dijo:
«Unos años después, en 1915 tuvo lugar en los albores de la primera guerra mundial otra gran sucesión de masacres, el Genocidio del pueblo armenio.
Probablemente sea uno de los más desconocidos, no sé si habrá muchas personas que conozcan lo que allí ocurrió, pero es uno de los grandes hechos negativos de la humanidad que han permanecido en silencio y que hoy día todavía sigue sin reconocerse por Turquía, heredera del antiguo Imperio Otomano, que fue en este caso la autora.
Ha tenido muchos actores el genocidio a lo largo de la historia. En este contexto fué el Imperio Otomano que en varios años eliminó más de 2 millones de armenios mediante el asesinato, el traslado y la desaparición forzada de personas; términos que desgraciadamente son muy comunes y muy conocidos en esta parte del mundo, en el país que nos acoje.
Posteriormente vino toda una época de represión y de eliminación por razones políticas».
Al responder preguntas del público que le hacían llegar por escrito, Baltasar Garzón reveló que no se sintió ni bien ni mal cuando el gobierno español decidió no cursar los pedido de extradición que él había solicitado de más de 40 represores argentinos.
También escuchó una pregunta difícil sobre las violaciones a los derechos humanos cometidas en la época del franquismo en España. «No es cierto que no se hayan perseguido algunos hechos concretos», respondió. Sin embargo, admitió que muchos españoles prefirieron dar vuelta la página, en relación a aquellos atropellos.
Baltasar Garzón con el Consejo Nacional Armenio
Invitado por la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Córdoba, el autor del prólogo del libro de Gonzalo Guarch, «El árbol armenio», se reunió bajo un estricto despliegue de seguridad con una delegación del Consejo Nacional Armenio de Sudamérica, integrada por sus directores Pedro Mouratian y Eduardo Torosian, y los representantes de la filial Córdoba Rubén Avakian y Martín Simonian.
Del encuentro también participaron el decano de la Facultad de Ciencias Sociales Dr. Pedro Yanzi Ferreyra y el de Odontología Dr. Nazario Kuyumllian.
Durante el transcurso del mismo el CNA le hizo entrega de una plaqueta recordatoria en agradecimiento a su lucha en favor de los derechos humanos y su solidaridad con la Causa Armenia. Garzón se mostró como lo había hecho minutos antes, durante la charla pública que realizó ante más de 200 invitados especiales -jueces, legisladores, docentes universitarios, periodistas, funcionarios, etc-, y cientos de alumnos universitarios, conocedor y solidario de los justos reclamos armenios, y dispuesto a colaborar para que «Turquía, heredera del antiguo Imperio Otomano», asuma su responsabilidad por el Genocidio cometido contra el pueblo armenio.
Los directivos del CNA entregaron a Garzón un dossier con todos los antecedentes de la presentación del Escribano Gregorio Hairabedian ante la Cámara Nacional en lo Criminal y Correccional, invocando el derecho a a verdad y al duelo, reclamando el esclarecimiento del Genocidio y la responsabilidad no asumida de Turquía.