Contó con la participación de destacados oradores y su apertura estuvo a cargo del ministro Alberto Sileoni. También se estrenó un documental y se realizó un homenaje a una sobreviviente del Genocidio Armenio.
Desde la sanción de la Ley Nacional 26.199 en 2007, todos los 24 de abril en la Argentina se conmemora el “Día de acción por la tolerancia y el respeto entre los pueblos” en memoria del genocidio del que fue víctima el pueblo armenio. En el marco del cumplimiento de los seis años de la promulgación de esta ley, y en el 98° del Genocidio armenio, el martes 30 de abril el Consejo Nacional Armenio de Sudamérica realizó un acto en el Colegio Nacional de Buenos Aires del que participaron el Ministro de Educación de la Nación, Alberto Sileoni, el Juez Federal Sergio Torres, el Interventor del INADI, Pedro Mouratian, Nora Cortiñas, Madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora, el Doctor en Ciencias Sociales, el profesor de historia Federico Lorenz y Alfonso Tabakian, director del Consejo Nacional Armenio de Sudamérica.
La actividad, en la que estuvieron presentes el rector Gustavo Zorzoli y la vicerrectora del turno vespertino Carolina Bellusci, se inició con el estreno del corto documental “Identidades: Historias Presentes” dirigido por Tato Borounian. Esta producción del CNA muestra diferentes historias que forman parte de la trama de identidades argentinas, como los descendientes de pueblos originarios, de africanos, de armenios e hijos de detenidos desaparecidos.
El ministro Alberto Sileoni, al referirse al Genocidio Armenio, indicó a los más de 200 asistentes que se trató de un crimen que no fue escuchado, y resaltó que el gobierno argentino, de la mano de Néstor Kirchner, tomó una fuerte postura frente a este tema. Asimismo, señaló los vínculos entre distintas prácticas genocidas, por lo que recordó la frase pronunciada por Hitler previa a la invasión a Polonia “¿Quién se acuerda hoy el genocidio de los armenios?”. Finalmente, destacó la importancia del trabajo conjunto en materia de educación que su cartera realiza con el Consejo Nacional Armenio de Sudamérica y bregó por la necesidad de no olvidar.
Las palabras de Nora Cortiñas, quien ese mismo día fuera homenajeada por el 36° aniversario de las Madres de Plaza de Mayo, resultaron particularmente conmovedoras. Cortiñas habló en nombre de las Madres al afirmar que “nosotras permanentemente pensamos que esta tragedia de los armenios, que después se volvió a repetir en otros países, con otros pueblos, es consecuencia de la falta de justicia, de la falta de reconocimiento”. Además de relatar anécdotas que vinculan su historia de vida con la lucha por el reconocimiento del Genocidio Armenio, destacó la necesidad de “estar hermanados” en los reclamos de memoria y justicia.
Por su parte Federico Lorenz, docente de historia del Colegio Nacional de Buenos Aires, subrayó ciertos “mecanismos de sentido común”, recordando lo que el Ministro de Guerra del Imperio Otomano le había dicho a un funcionario estadounidense mientras se estaba llevando a cabo el Genocidio: “Estoy convencido de que tenemos la completa justificación para hacer esto, debido a la actitud hostil de los armenios”. Así, según Lorenz, “se responsabiliza a la víctima. Ese es un mecanismo muy frecuente, que aparece en el sentido común, y no necesariamente en eventos de tanta magnitud”. El docente advirtió que “no hay que irse mucho más atrás, son cosas que se dicen hoy en día”, en referencia a esta operatoria de buscar la razón por la cual se cometió un crimen en la propia víctima de ese crimen.
Alfonso Tabakian, director del Consejo Nacional Armenio de Sudamérica, se refirió a la situación del reconocimiento del Genocidio en Argentina, en los tres niveles del Estado, enfatizando en el reconocimiento público del ex presidente de la Nación, Raúl Ricardo Alfonsín ante la comunidad armenia de la Argentina en septiembre de 1987, la sanción de la Ley Nacional 26.199, y la sentencia del Juez Federal Norberto Oyarbide del 1 de abril de 2011 que demuestran “la histórica posición de apoyo y solidaridad de nuestro país para con los reclamos del pueblo armenio”. Asimismo, destacó la conformación de la Fundación Consejo Nacional Armenio para la Defensa de los Derechos Humanos, como una nueva herramienta para la lucha contra todo tipo de negacionismo, por la verdad y la justicia.
Sergio Torres, uno de los jueces que entiende en la Megacausa ESMA, comparó el Genocidio Armenio con la última dictadura cívico-militar de nuestro país, y aunque indicó que “no hay consenso sobre la forma en cómo enfrentar los genocidios”, dio el ejemplo de Argentina como una de las formas más justas para buscar una respuesta desde el punto de vista judicial: en nuestro país, no se crearon tribunales especiales ni se designaron jueces a dedo, sino que se usaron los mismos mecanismos para juzgar los delitos de lesa humanidad que los crímenes comunes, con el objetivo de darle más transparencia al proceso.
El último orador, Pedro Mouratian, abordó la temática del genocidio desde el punto de vista de la “teoría de los dos demonios”, que busca demonizar a quienes fueron finalmente las víctimas del mismo. Hizo hincapié en el proceso de “automarcación”, que vivieron muchas de las mujeres que sufrieron vejaciones durante el genocidio, donde las propias víctimas no hablaron nunca más sobre los padecimientos que sufrieron. “Esas mujeres se quedaron con parte de la historia”, dijo Mouratian, y subrayó que “debemos escuchar ese silencio”.
Finalmente, el Consejo Nacional Armenio realizó un reconocimiento a Lucin Beredjikian de Khatcherian, sobreviviente del Genocidio Armenio, a sus hijos Eduardo y Helena, sus nietos Agop , Silvina, Martin, Luciana y Laura y sus bisnietos Santiago, Francisco, Trinidad, Matías, Florencia y Camila. El homenaje a Lucin, que este año cumplió cien, resultó un emotivo cierre de la jornada.