(Diario La Voz) El lunes 24 de abril, se realizó la Marcha por Memoria, Tolerancia y Justicia, una de las actividades principales programadas para conmemorar, la masacre contra el pueblo armenio, perpetrada por el Gobierno Turco (1915 a 1923). La concentración se inició a las 11, en el ingreso del Patio Olmos y partió por bulevar San Juan, Obispo Trejo, 27 de Abril, hasta llegar a la Plaza San Martín, dónde a las 12.30 se realizó el acto central. Las actividades estuvieron organizadas por la Colectividad Armenia de Córdoba -presidida por Eduardo Toutouchian- junto a la sub comisión 24 de Abril, integrada por las siguientes instituciones: Asociación Cultural Armenia, Damas de la Iglesia Armenia Surp Kevork, HOM, Homenetmen, Liga de Jóvenes de Ugab, Unión General Armenia de Beneficencia y Unión Juventud Armenia.
La marcha fue silenciosa y pacífica. La comunidad armenia, referentes de distintas instituciones, amigos, junto al pueblo de Córdoba, marcharon como cada año.
“El genocidio se cobró más de un millón y medio de víctimas, y 102 años después, seguiremos reclamando. Año tras año, ha ido recobrando un significado aún más profundo. Y hoy tenemos la posibilidad, las segundas o terceras generaciones de seguir ese legado y esa obligación moral, aún más marcada. Contando con toda nuestra fuerza, los elementos, y con las posibilidades que hoy se cuentan, para seguir avanzando y creyendo, que, a través de estas conmemoraciones, la justicia final al fin, va a llegar. Los cien años (del centenario del genocidio) marcaron un reclamo a nivel mundial, con mayor fuerza para el reconocimiento final”, expresó Eduardo Toutouchian, presidente de la Colectividad Armenia de Córdoba.
Según las Naciones Unidas, genocidio es “el acto cometido con el propósito de destruir, en parte o en su totalidad, a una nación, etnia, raza o grupo religioso…”. En Argentina, el 24 de abril se conmemora, según la Ley 26.199, el Día de Acción por la Tolerancia y el Respeto entre los Pueblos, en recuerdo del genocidio del pueblo armenio. Desde 2015 se utiliza el símbolo de la flor nomeolvides, color violeta, con el lema “recuerdo y exijo”, para acompañar las diferentes actividades que se realizan por esta causa.
Nunca más
La oradora principal del acto en la Plaza San Martín fue la diputada nacional Brenda Austin. En febrero viajó a Armenia y a Karabaj con motivo del plebiscito de reforma constitucional que se realizaba donde participó como observadora internacional. Allí mantuvo reuniones con diversas autoridades. Austin se dirigió a los presentes.
A continuación, sus palabras.
“Hoy, 102 años después de que las autoridades otomanas detuvieran a cientos de miembros de la comunidad de armenios en Estambul. El inicio o más bien la continuidad de una estrategia de persecución al pueblo armenio. ¿Qué es sino genocidio la decisión organizada, orquestada, planificada y ejecutada de exterminar a los miembros de una comunidad?…¿No hay acaso, suficiente documentación histórica que atestigüe y acredite que la comunidad armenia fue víctima del primer genocidio del siglo 20? ¿Por qué entonces aun hoy, entre el dolor y la memoria, hay quienes realizan ingentes esfuerzos por ocultarlo? El pueblo armenio, habita desde hace más de tres mil años las tierras que se ubican entre los tres mares…Sin embargo, esa posición estratégica, los llevó a ser centro de invasiones y conquistas. Sin embargo, una y otras el pueblo armenio, fue capaz de resistir a los intentos de disociar su identidad…»
«La historia del pueblo armenio se erige entre la tragedia y el heroísmo. Entre el odio y el amor. Entre los intentos de acallarlos y el fortalecimiento de sus convicciones. Entre la negación y el ejercicio inclaudicable de la memoria. Cuanto más fuertes fueron las agresiones, mayores los hitos de resistencia. Como el monte Ararat, que todos los días se erige allí como símbolo de tenacidad. La enorme diáspora armenia, que encuentra en el mundo entero el lugar para habitar, pero que no olvida nunca sus raíces. Que, desde afuera, tracciona con amor y decisión, para ver crecer Armenia».
«El pueblo armenio es símbolo de resistencia. Pero también de hermandad, de solidaridad, de identidad irrenunciable. La “armenidad” contagia esperanza, contagia sentido de pertenencia, y sobre todas las cosas, la sensación de que, aunque el tiempo pase, ahí estarán por miles de años más… El Genocidio armenio, tiene un antes y un después. A partir de finales del siglo XIX, el Imperio Otomano, masacra deliberadamente a más de 300 mil armenios. Justamente, su resistencia a la dominación, su identidad sólida como roca, y la imposibilidad de conquistarlos en el sentido profundo de la palabra, fueron un problema para quienes tenían pretensiones de hegemonismo. Derrocado el gobierno por los “jóvenes turcos” el Imperio Otomano, promete entrar en una nueva etapa. Sin embargo, apenas pasados unos años, comienza a ejecutarse en la sombra de la perversidad, un plan sistemático de aniquilamiento. El contexto de la primera guerra mundial, dio el escenario internacional para avanzar, con los ojos del mundo puestos en otro lado. El 24 de abril de 1915, hace exactamente 102 años, fueron detenidos, deportados y asesinados más de 800 dirigentes armenios de Constantinopla. La denominada “Cuestión Armenia”, daba cuenta de la complejidad y perversidad con la que se planificaba la masacre… Primero fueron contra los intelectuales, los políticos, los religiosos, las figuras públicas que tuvieran capacidad de levantar la voz, de resistir… Ese fue el inicio de la decisión perversa de eliminar todo rastro de armenidad de las tierras del imperio otomano. Las órdenes de deportación masiva de la población civil, caravanas de la muerte a los desiertos de Siria y de la Mesopotamia, las torturas, las violaciones, los fusilamientos, las mutilaciones, y el abandono frente a las pestes y el hambre, produjeron el aniquilamiento de millones de hombres, mujeres, ancianos, niños y niñas».
«Para 1882, 2.660.000 armenios vivían en tierras del Imperio Otomano, para 1927, menos de 80 mil. Durante el tiempo en que el genocidio armenio tuvo lugar, más de un millón y medio de personas fueron asesinadas. Cifras que ascienden a mucho más si extendemos apenas unos años el marco temporal. El genocidio armenio fue sin duda la antesala de lo que vendría después. El rol del gobierno turco en alianza con Alemania y otros países, explican cómo la cuestión armenia fue herramienta para lo que ocurriría después con la “cuestión judía”. La planificación deliberada, el plan sistemático de aniquilamiento, las caravanas de la muerte, darían al nazismo el antecedente, el espejo, en el que ejecutarían el Holocausto».
«Si las similitudes son elocuentes, si la magnitud de las muertas todavía conmueve las entrañas. ¿Por qué aun hoy el pueblo armenio lucha por el reconocimiento?… La obligación de castigar el genocidio que pesa sobre los Estados, alcanza no sólo a quienes lo comenten aun en grado de tentativa, sino a los cómplices del genocidio. ¿Qué es sino complicidad la negación?… Al negar somos cómplices con el silencio…»
«En septiembre de 1987 fue Raul Alfonsín uno de los primeros en reconocer el genocidio armenio como tal, y en su vocación inclaudicable en defensa de los DDHH, alentó la discusión en el Congreso y promovió que la diplomacia argentina diera batalla por la inclusión del tema y reconocimiento en las Naciones Unidas. Posteriormente, el Parlamento logra dar el paso para sancionar la norma, pero fue vetada por el presidente Carlos Menem. Recién en el año 2007, de la mano de Néstor Kirchner se promulga la Ley 26.199, que declara todos los 24 de Abril como el “Día de acción por la tolerancia y el respeto entre los pueblos”.
«La historia de Argentina, se completa con el reconocimiento del Poder Judicial, para completar así la manifestación de los tres poderes del Estado. Para el Centenario del Genocidio, fueron las palabras del papa Francisco, las que aportaron una declaración profunda de la Iglesia Católica, en repudio al primer genocidio del siglo 20. Sin embargo, esto no alcanza…. Deseo de corazón que el pueblo armenio, encuentre de una vez y para siempre, la paz que otorga la justicia. Deseo de corazón, que el pueblo armenio encuentre en sus tierras la paz para habitarlas, en Armenia, en Karabaj. Deseo de corazón, que el derrumbe del negacionismo, alumbre una nueva era de paz para la humanidad. En el reconocimiento de las responsabilidades, en la reparación del daño, en la restauración del equilibrio».
«Consolidar la memoria, luchar por la verdad. ¿Sin eso estamos condenados a repetir la historia, y qué es sino la falta de memoria, la que hoy, al hoy, nos lleva a temer por el mundo que habitamos? Por los hombres y mujeres que habitamos el mundo entero, por la verdad y la justicia, por la tolerancia, por el amor al otro, por la humanidad misma: Nunca Más”, concluyó Austin.
Del acto conmemorativo con la entonación del himno argentino y el armenio, interpretados por la Banda de Música de la Policía de la Provincia de Córdoba. Estuvieron presentes: el Presidente de la Colectividad Armenia de Córdoba Eduardo Toutouchian, el Reverendo Espiritual Padre Harutiun Sepanian, el presidente de la Asociación Cultural Armenia, el presidente de la Unión General Armenia de Beneficencia; autoridades Municipales: Secretario de Gobierno de participación ciudadana, Javier Bee Sellares, la Directora de Relaciones Institucionales Noelia Wayar, el Sub Director de Relaciones Institucionales Marcelo Castagno, la Directora de Gestión Ariela Szpanin; por el Gobierno de la Provincia de Córdoba: el Secretario y el Subsecretario de Derecho Humanos, Raúl Sánchez junto a Darío Olmo, la Diputada Brenda Austin, el Legislador Juan Pablo Quinteros, la Presidenta del tribunal de Justicia Aida Tarditti, la Fiscal Federal Graciela López de Filoñuk, el Fiscal N° 1 del Tribunal de Córdoba Maximiliano Hairabedian, el Director Delegado de Migraciones Diego Puente, la Legisladora Soher El Sukaria, Autoridades del Comipaz, el Imán Alí Badran, el Rabino Marcelo Polacoff, representantes del Centro Ecuménico de Córdoba, el Presidente de la Daia filial Córdoba Luis Klinger, el Cónsul Honorario de Siria Abdala Saadi, el Cónsul de la República del Líbano Julio Rufeil, la Asociación Cultural Israelita de Córdoba, por el Centro Cultural Árabe Argentina Gustavo Tamantini Arlla, Miguel Rodríguez Villafañe ex Juez de la Provincia de Córdoba, la Delegada del Inadi Córdoba María Alcira Pedicino, el Director para Argentina del Consejo Nacional Armenio Nicolás Sabuncuyan, la Decana de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba Claudia Torcomian, los Concejales Lucas Balian y Abelardo Lozano, Esther Galina del Ministerio de Ciencias y Tecnología de la Provincia, representantes de las instituciones de la Colectividad Armenia de Córdoba, abanderados, alumnos y docentes, del instituto del Colegio Manuel Belgrano del Colegio Armenio Sahag Mesrob -nivel primario y secundario- acompañados con la guardia de honor de la Agrupación Scout Srakadz, integrantes de la comunidad armenia, junto al público en general. Además, se sumó la adhesión del acto, el decano de la Facultad de Filosofía y Humanidades Diego Tatian.
Eduardo Toutouchian junto al Reverendo Espiritual Padre Harutiun Sepanian, al Secretario de Gobierno de Participación Ciudadana Javier Bee Sellares, el Secretario de Derecho Humanos Raúl Sánchez del Gobierno de la Provincia de Córdoba, la Presidenta del Tribunal de Justicia Aida Tarditti, la Fiscal Federal Graciela López de Filoñuk y la Diputada Nacional Brenda Austin, realizaron un homenaje en flores, ante el monumento al General José de San Martín.
Solidaridad con el pueblo armenio
Además, con motivo de esta fecha conmemorativa, la Universidad Nacional de Córdoba hizo llegar la siguiente comunicación: “El proyecto de declaración sobre el genocidio armenio», presentado por la decana de la Facultad de Psicología Claudia Torcomian y considerado, que el 24 de abril las comunidades armenias de todo el mundo conmemoran el genocidio armenio.
«El Consejo Directivo resuelve declarar que el genocidio armenio fue un plan de exterminio masivo, sistemático y premeditado dispuesto por el Estado otomano, entre 1915 y 1923, contra el pueblo armenio, a través de la deportación forzosa y posterior asesinato de aproximadamente un millón y medio de civiles armenios, por el gobierno de los llamados Jóvenes Turcos”.
La Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba declara su solidaridad con todos los pueblos que sufren genocidios, como ocurre hoy en Siria, y en particular con el pueblo armenio en esta fecha conmemorativa, para que la justicia internacional realice el juzgamiento y la condena del Estado turco, como responsable del delito imprescriptible de Genocidio, y exija a Turquía el reconocimiento de su crimen, para que la memoria permita que estos actos no se repitan.
Hasta la fecha, 22 Estados -entre ellos Argentina- han reconocido oficialmente el genocidio de un millón y medio de armenios, que las autoridades turcas persisten en negar. En consecuencia, sus asesinos nunca fueron juzgados. Cada 24 de abril, el pueblo armenio en todo el mundo, seguirá marchando reclamando memoria, tolerancia y justicia.