(Diario Armenia) A la hora de las preguntas, la inconsistencia y las evasivas en las respuestas fueron el común denominador del embajador Aslanov y la portavoz de la cancillería azerí Leyla Abdullayeva.
El jueves 18 de octubre se realizó la actividad “Azerbaidján, 1918-2018, logros y desafíos: construir una buena gobernanza, una sociedad diversa e inclusiva y una política exterior multivectorial” en el Aula Magna de la Facultad de Derecho, organizada por los Departamentos de Ciencias Sociales y de Posgrado de la facultad, con la coordinación de Ricardo Rabinovich-Berkman, del Departamento de Ciencias Sociales.
Rashad Aslanov, embajador de Azerbaidján en Argentina, y Leyla Abdullayeva, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Azerbaidján, fueron los expositores del evento en el auditorio principal de la facultad, que contó con una escasa presencia compuesta mayoritariamente por personal de la embajada, estudiantes del posgrado y miembros de la comunidad armenia.
Abdullayeva comenzó relatando la historia de Azerbaidján y remarcó que al recuperar su independencia y salir
de la Unión Soviética, su país sufrió la “ocupación de sus territorios por parte de Armenia”, omitiendo las razones que llevaron a la guerra entre Nagorno Karabagh, Azerbaidján y Armenia. Más adelante, resaltó que Azerbaidján “tiene una diversidad étnica y religiosa” y que se preocupan por el “multiculturalismo”, sin mencionar que la propia Cancillería mantiene aun una lista negra de ciudadanos que tienen prohibida la entrada al país.
Sobre la situación actual con Armenia, Abdullayeva aseguró que su gobierno buscaba una solución pacífica al conflicto de Nagorno Karabaj, pero evitó referirse a las reiteradas amenazas de reinicio de la guerra por parte del presidente azerbaijano Ilham Aliev. Luego de presentar los proyectos energéticos de Azerbaidján, se refirió a la posibilidad de que Argentina le compre gas a su país.
Finalizada la exposición, Ricardo Rabinovich-Berkman, quien ofició como presentador, dijo que la Universidad de Buenos Aires era neutral en el conflicto y ofreció que la institución sea un lugar de diálogo entre ambas partes. “Queda hecha la invitación que hice también a los representantes del Consejo Nacional Armenio para que esta casa esté a disposición de ustedes para reunirse, conversar y estudiar posibilidades de construir esa paz que todos soñamos”, planteó Rabinovich-Berkman. “Ningún prejuicio resiste el tomar un café con alguien”.
Cuando se abrió el momento de las preguntas, se le recordó al embajador el caso de 2014, cuando Azerbaidján quiso auspiciar al club San Lorenzo y su presidente, Matías Lammens, rechazó la oferta y denunció que le habían exigido como condición que no haya armenios en la comisión directiva del club. El entonces subsecretario de Derechos Humanos de la Ciudad de Buenos Aires, Claudio Avruj, actual Secretario de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural de la Nación, había manifestado su repudio a este hecho en esa ocasión. “Yo soy hincha de Arsenal, donde juega un armenio (Henrikh Mkhitaryan)”, respondió Rashad Aslanov, a pesar de que el futbolista no pudo jugar en varias oportunidades cuando le tocó hacerlo en Azerbaidján. “Eso no es una violación a los derechos humanos porque no hay un hecho sobre eso. No es discriminación, es una tipología con una intención de generar esas cosas hacia mi país”, agregó el embajador, desmintiendo la palabra de Matías Lammens.
La siguiente pregunta tuvo que ver con el impacto que podría tener frente a los demás países de Sudamérica la relación de Azerbaidján con Nicolás Maduro, en el marco de la futura presidencia de Azerbaidján en el Movimiento de Países No Alineados (MNOAL) entre 2019-2022, teniendo en cuenta la posición de la Organización de los Estados Americanos (OEA) sobre el gobierno de Venezuela. “Tenemos buenas relaciones con todos los países. Vamos a ser anfitriones de la reunión del MNOAL el próximo año y todos los países van a ser bienvenidos a Azerbaidján, incluyendo Venezuela”, contestó Abdullayeva. “No puedo decir que tengamos relaciones intensivas con Venezuela”, dijo Abdullayeva, a pesar de que Maduro es el primer y único presidente latinoamericano hasta el momento en visitar Azerbaidján.
Luego, se le mostró a los expositores un informe del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en el que se detallan una serie de violaciones a los derechos humanos por parte del régimen de Ilham Aliev, a lo que Abdullayeva respondió que Azerbaidján era un país joven con solo 27 años de democracia y que todavía estaban trabajando para mejorar. “No creo que ninguna sociedad sea perfecta”.
Por último, se le preguntó a la diplomática sobre el caso Safarov: en 2004, Ramil Safarov, un oficial del Ejército de Azerbaidján, asesinó al teniente del ejército armenio Kurkén Markarian durante un seminario de capacitación de la OTAN en Budapest. Mientras Markarian dormía, Safarov entró a su habitación y lo decapitó con un hacha.
En 2006, Safarov fue condenado a cadena perpetua en Hungría. Luego de intensas presiones azeríes, el gobierno húngaro lo extraditó a su país de origen en 2012, donde fue recibido como un héroe y fue indultado y premiado por el presidente de Azerbaidján, Ilham Aliev. “Fue sentenciado en Hungría. Estuvo doce años preso y luego fue extraditado a Azerbaidján. Fue un procedimiento legal. No veo el problema. Él respondió en Hungría por el caso del que se lo acusaba”, dijo Abdullayeva, sin manifestar su opinión sobre el hecho de que el presidente Ilham Aliev haya condecorado a un asesino por su crimen.
Las instituciones hermanas de la FRA-Tashnagtsutiún (Hamazkaín, Homenetmen, Unión Juventud Armenia de Sudamérica, la Asociación Cultural Armenia, el Consejo Nacional Armenio, HOM y Badanegán) habían emitido un comunicado días atrás solicitando a los organizadores la suspensión de la charla.