Según el comunicado que se hizo público, las dos partes llevarán a cabo en un plazo de seis semanas consultas políticas internas, tras lo cual procurarán la ratificación de estos Protocolos por sus respectivos parlamentos “de conformidad con sus procedimientos legales y constitucionales «.
El Consejo Nacional Armenio considera inaceptables los términos de los Protocolos que son el resultado de la fuerte presión económica y diplomática que sufre Armenia, obligada por Turquía a aceptar condiciones que ponen en peligro la seguridad, los intereses y derechos de la nación armenia.
Se propone crear una subcomisión para “ Implementar un dialogo de dimensión histórica con el objetivo de restablecer la confianza mutua entre las dos naciones incluyendo un estudio científico e imparcial de los documento históricos y de los archivos para aclarar problemas existentes y formular recomendaciones “(Protocolo de “Desarrollo de relaciones bilaterales “Punto 2.2).
Este es un objetivo perseguido por Turquía para poner en duda la existencia del Genocidio contra los armenios y obstaculizar las acciones por el reconocimiento internacional de este crimen de lesa humanidad. La palabra Genocidio esta de hecho ausente en dichos Protocolos. De esta forma, Turquía pretende dar una solución política a este crimen de lesa humanidad, ignorando las normas del Derecho Internacional y promoviendo una solución acorde a sus intereses políticos.
Resulta cuestionable que la intención de diálogo de Turquía sea genuina, cuando el Gobierno turco mantiene su política negacionista y persigue penalmente a todos aquellos que mencionan el Genocidio Armenio (bajo el artículo 301 del código penal turco) y en el plano internacional continúa con una campaña mundial de negación del Genocidio Armenio.
El Consejo Nacional Armenio considera que para construir una relación de mutua confianza y de buena vecindad, Turquía debe reconocer el Genocidio Armenio y sus responsabilidades en este crimen .El establecimiento de relaciones diplomáticas y la apertura de las fronteras sin pre condicionamientos demostrarían una clara actitud de buena fe por parte de Turquía, que conduciría a mantener sinceras relaciones de vecindad.
El Protocolo sobre el establecimiento de relaciones diplomáticas plantea el reconocimiento mutuo de las fronteras existentes entre ambos países, la no intervención en los asuntos internos de otros Estado, la integridad territorial e inviolabilidad de las fronteras. Los actuales límites entre ambos países no fueron acordados por Armenia como sujeto de derecho internacional (Tratado de Kars-1921). Los términos de este protocolo serán utilizados por Turquía para evitar las reparaciones, en lo que respecta a las legítimas reivindicaciones de la nación armenia basadas en el derecho internacional. También podrán interferir en el curso de las negociaciones para la resolución del conflicto de Nagorno Karabagh en beneficio a las exigencias azeríes.
Al día siguiente del anuncio de los protocolos, el Ministro de Relaciones Exteriores, Ahmet Davutoglu, dijo:»El momento de apertura de la frontera no está previsto aún y no es una prioridad». También dejó claro que el gobierno turco no tomará ninguna medida que “perjudique los intereses de Azerbaidjánâ€.
«No debemos permitir que Turquía para eludir sus responsabilidades históricas instrumente estas negociaciones bilaterales con Armenia, su vecino económicamente vulnerable. La comunidad internacional debe rechazar esta nueva práctica de Turquía para imponer su política de negar el Genocidio Armenio a través de esos acuerdos†dijo Jorge Dolmadjian, Director del Consejo Nacional Armenio de Sudamérica.
«Durante décadas, los armenios de todo el mundo han luchado contra todas las formas de negación, abogaron por el derecho de libre autodeterminación del pueblo de Nagorno Karabagh y defendieron el patrimonio del pueblo armenio en todos sus aspectos. Hoy, reafirmamos nuestro compromiso de continuar con la defensa de los derechos legítimos de nuestro pueblo «, concluyo Dolmadjian.
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