Diario Clarin, 22 de Enero de 2008 Opinión EDITORIAL
El riesgoso oficio de la palabra libre
Se recordó en estos días el primer aniversario de la muerte de Hrant Dink, periodista y ciudadano turco de origen armenio asesinado por un fanático ultranacionalista en Estambul.
Dink era director del periódico Agos de esa ciudad, en la que conviven distintas religiones y culturas, y había sido perseguido y juzgado en varias ocasiones por atreverse a reconocer y denunciar el genocidio cometido contra los armenios. Por sus artículos, opiniones y compromisos públicos había recibido, además, reiteradas amenazas de muerte.
Situaciones de riesgo y coerción como las que vivió este periodista e intelectual turco hasta su trágica muerte sufren en forma constante quienes enfrentan la violencia y la intolerancia con el noble oficio de la escritura y el ejercicio de la libre expresión. En algunos casos son víctimas de medidas represivas y persecuciones arbitrarias de poderes o funcionarios públicos; en otros casos son grupos sociales o minorías organizadas los promotores o ejecutores de estas condenables acciones o reacciones segadoras.
Hace poco se dio a conocer el balance anual de Reporteros sin Fronteras sobre periodistas muertos en el ejercicio de su actividad, con la cifra más alta de los últimos años. De los centenares de asesinatos hay al menos dos, los de Hrant Dink y la rusa Anna Politkovskaya, que aguardan un esclarecimiento y castigo.
Sus vidas representan un ejemplo para la libertad de expresión en todo el mundo.
El recuerdo de los periodistas turco-armenio Hrant Dink y la rusa Anna Politkovskaya, mártires de la libertad de prensa en el mundo, se actualiza a diario en la lucha contra la intolerancia y el fanatismo.
http://www.clarin.com/diario/2008/01/22/opinion/o-02002.htm