Aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos

De esta manera, se dio el paso fundamental de codificar la prohibición del genocidio, declarándolo un delito; pero que sin duda preexistieron a la sanción de este instrumento, prácticas genocidas en el contexto internacional que constituyeron crí­menes de Lesa Humanidad.

El Genocidio Armenio, perpetrado por el Estado turco entre los años 1915 y 1923 en el que fueron asesinadas mas de 1.500.000 personas, inauguró un siglo XX que dejó como resultado importantes pérdidas humanas por guerras, holocaustos, genocidios, terrorismo de Estado y gobiernos dictatoriales. Este nuevo siglo, también lleva una mancha de centenares de muertes, con el genocidio de Darfur y la limpieza étnica en los Balcanes. La Humanidad tiene que superar, revisar lo realizado, responsabilizar a los causantes e imponer sanciones a sus ejecutores. Es preciso que el sistema internacional se mantenga alerta y sancione efectivamente a los Estados que motivados por intereses económicos, y polí­ticos atenten contra su población civil.

Es por ello, que consideramos que la comunidad internacional no tiene sólo una obligación legal, a partir de su vigencia, sino también moral para tomar medidas oportunas para garantizar la efectiva sanción hacia el pasado y hacia el futuro, haciendo prevalecer la justicia.

Desde el Consejo Nacional Armenio consideramos que es fundamental seguir avanzando para que estos derechos se hagan efectivos en la realidad, que sean difundidos, comprendidos y disfrutados por todos los habitantes de este mundo. Estos mecanismos creados como resultado de terribles guerras, de genocidios, de injusticias, no deben vaciarse de contenido y deben servir para promover y proteger las libertades fundamentales y los derechos humanos.

Los perpetradores de genocidios y sus cómplices han encontrado una alternativa peligrosí­sima en la negación, para sostener en el tiempo la impunidad y así­ seguir evadiendo responsabilidades.

En tiempos donde la codicia de las potencias pone en funcionamiento sus maquinarias diplomáticas y mediáticas recomendando soluciones polí­ticas para crí­menes de lesa humanidad, una forma encubierta de condenar al olvido las peores atrocidades, convencidos reafirmamos que la respuesta es que para que prevalezca la verdad sólo puede haber justicia y nada más que justicia.