A pocos días de iniciarse la misión comercial argentina hacia Georgia y Armenia, en algunos medios de comunicación se calificó a esta iniciativa como un “fracaso” y a estos destinos como “exóticos” y “extravagantes”. Desde el Consejo Nacional Armenio de Sudamérica, nos parece pertinente realizar algunas aclaraciones, en especial sobre esta última caracterización.
Sobre el éxito o fracaso de la misión pueden realizarse diferentes evaluaciones, según la perspectiva con que se analice la cuestión. De todas formas, hemos constatado con la Cámara Argentino-Armenia que la cantidad de empresarios no se limita a una decena, como se planteó en algunos medios, sino que estará integrada por cerca de treinta. Sin embargo, el punto más relevante para quienes integramos el CNA es la cuestión del “exotismo” y la “extravagancia”.
Calificar a la República de Armenia como “destino exótico” es desconocer la presencia de una comunidad que desde hace un siglo forma parte de la trama de identidades en la Argentina. Muchos llegaron al país para escapar del genocidio perpetrado contra los armenios por el Estado Turco entre 1915 y 1923, un crimen que fue reconocido por los tres poderes del Estado argentino. Tanto ellos como sus descendientes, y quienes han arribado en diferentes circunstancias históricas, han constituido diferentes organizaciones políticas, sociales, culturales, deportivas y religiosas, que han mantenido viva a la comunidad en la Argentina, como ha ocurrido en otros destinos diaspóricos.
Asimismo, desde la conformación de la República de Armenia al independizarse de la URSS, entre ambos países existe una creciente relación bilateral, que funciona de manera fluida. Para ilustrar esto, podemos recordar que en 2005 el entonces canciller Rafael Bielsa viajó a Ereván en visita oficial. En 2010, su sucesor Jorge Taiana inauguró la Embajada de Argentina en Armenia. Y, en abril de este año, el vicepresidente Amado Boudou asistió a la asunción del presidente armenio Serge Sarkissian.
Es decir, la colectividad armenia en Argentina no se ha limitado a la construcción de sus propios espacios, sino que en buena medida ha contribuido al desarrollo de las relaciones entre ambos países. Es por estas cuestiones que creemos que Armenia no constituye un destino extravagante ni exótico para una misión comercial argentina, sino que esta iniciativa puede interpretarse como un paso más en el camino de la consolidación de un vínculo centenario.
Alfonso Tabakian
Director del Consejo Nacional Armenio de Sudamérica