«El genocidio armenio, un trauma presente»-artículo de Khatchik Derghougassian

Compartimos el artículo de opinión de Khatchick Derghougassian publicado en la edición de hoy del diario Clarín.

 

El genocidio armenio, un trauma que sigue presente

El 21 de marzo pasado, agrupaciones islamistas afiliadas con Al-Qaeda lanzaron una ofensiva contra la ciudad de Kessab, en la frontera entre Turquía y Siria, que ocuparon obligando a sus habitantes a huir hacia Latakia.

khEn el calor de la crisis en Crimea, la noticia podría haber pasado desapercibida si Kessab no fuera una ciudad históricamente poblada por los armenios, y si en los medios turcos no se hubiera filtrado una conversación involucrando a altos oficiales turcos que deliberaban cómo inventar pretextos para justificar una intervención militar en Siria.

De hecho, la ofensiva de los islamistas ocurrió desde Turquía; más aún, según noticias provenientes del campo de batalla, un fuerte bombardeo del ejército turco a las posiciones sirias preparó el terreno.

Inmediatamente después de la ocupación de Kessab, se difundieron imágenes de atrocidades que, como se averiguó, resultaron más bien parte de una campaña de desinformación. Lo cierto es que en Kessab se quedaron tan solo unos 80 ancianos negándose a abandonar la ciudad, y que las noticias acerca del despojo de las iglesias de las cruces, así como la apropiación de los bienes y su reventa en Turquía, son creíbles por los antecedentes del comportamiento de los extremistas.

En su historia de siglos de presencia en Kessab, es la tercera vez que la población armenia se ve obligada a huir de sus hogares: en 1909 por las masacres antiarmenias, en 1915 durante el Genocidio, y ahora con una fuerte sospecha del auspicio turco a la ofensiva islamista.

Más allá de toda consideración propia a la falsa lógica binaria de la guerra civil siria, para los armenios en el mundo entero la ocupación de Kessab y el involucramiento turco no puede no reavivar el trauma del Genocidio.

A 99 años de su acontecimiento, Ankara no solo no ha reconocido el crimen y dado pasos hacia su reparación, sino que acaba de crear una comisión oficial especialmente designada para reaccionar en el ámbito global a las conmemoraciones que se preparan para 2015.