Presentación de «El genocidio Silenciado» de Súlim Granovsky en la Feria del Libro

El domingo 11 de mayo se presentó en la Feria del Libro «El genocidio silenciado. Holocausto del pueblo armenio«, un libro de Súlim Granovsky que aborda la cuestión del Genocidio Armenio. Esta publicación, que contó con el auspicio del Consejo Nacional Armenio de Sudamérica y de Convergencia por un Judaísmo Humanista y Pluralista, aborda la Cuestión Armenia a través del análisis histórico y el encuadre jurídico, utilizando documentos de especialistas en la materia. De la presentación en la Sala Victoria Ocampo participaron, junto al autor, Dardo Esterovich, presidente de Convergencia, el juez Carlos Rozanski, El Dr. León Carlos Arslanián, el juez Daniel Rafecas, Khatchik Der Ghougassian, presidente del CNA de Sudamérica y el editor del libro, Jorge Gurbanov. Estuvieron presentes en el acto la cónsul de la embajada de Armenia en Argentina, Esther Mkrtumyan, y representantes de organizaciones de la comunidad armenia.

Súlim Granovsky, Dardo Esterovich, Carlos Rozanski, León Arslanián, Daniel Rafecas, Khatchik Der Ghougassian y Jorge Gurbanov. 
Súlim Granovsky, Dardo Esterovich, Carlos Rozanski, León Arslanián, Daniel Rafecas, Khatchik Der Ghougassian y Jorge Gurbanov.

Jorge Gurbanov, editor de Peña Lillo y Ediciones Continente, explicó en la presentación que la publicación del libro se debió a la búsqueda por la «memoria histórica de los pueblos», recordando que «hay otras historias» aparte de la historia que «escriben los que ganan»: «las historias de los vencidos, que generalmente están silenciadas».

El Dr. León Arslanián postuló que «todos los genocidios son atroces e iguales porque nos privan de los bienes más elementales. Hasta de la memoria». «Uno de los graves problemas con los que se enfrenta la causa armenia es la negativa pertinaz del Estado turco en reconocer el genocidio. Según esta postura, públicamente sostenida y conocida como negacionismo: ‘El hecho no se produjo. Hubo víctimas en el marco de una conflagración mundial como daño colateral o consecuencias no queridas. En todo caso, el número de víctimas se redujo a unos pocos miles. No hubo por parte de Turquía ningún plan de exterminio basado en políticas de Estado’. Granovsky se encarga de refutar el negacionismo con la mención de documentos de carácter contundente», destacó.

fdl_20142El juez Carlos Rozanski habló de tres etapas del genocidio, «el plan de exterminio, el silencio y finalmente el grito». «La voluntad del genocida es silenciar, y la voluntad del pueblo armenio en este caso es que no sea silenciado. Están reclamando hace 99 años y solo tres países en el mundo lo tienen por ley. Solo en el año 2007 se logró que Argentina lo tenga por ley», dijo, y agregó que «es obvio que un fenómeno que se olvida, que es lo que busca el genocida, se va a volver a repetir».»En la mayoría de los genocidios de todo el mundo ha sido prácticamente imposible hacer justicia, y eso es porque quienes lo llevaron adelante se aseguraron de hacerlo no solo contra gente indefensa, sino que además estuvieron todas las condiciones para que ellos no puedan ser responsabilizados», denunció Rozanski, detallando que a lo largo de la historia «ha sido casi inexistente la cifra de personas condenadas por genocidios».

tapa_grEl juez Daniel Rafecas indicó que «el libro abarca e ilustra los antecedentes históricos que desembocaron en la catástrofe armenia, especialmente la conformación de lo que para los perpetradores era la cuestión o ‘el problema’ armenio» y ahondó en la «vocación del Estado turco-otomano de construir una nación, un imperio, étnicamente purificado y homogéneo desde el punto de vista religioso». «Hay un desarrollo interesante, del cual había visto poca bibliografía, en torno de los procesos de islamización de los niños y los jóvenes de ambos sexos armenios por parte de los turcos», añadió.

Por su parte, Dardo Esterovich, trazó  un paralelismo entre el Holocausto judío y el armenio, y  comparó también a ambos pueblos por su diáspora. Recordó, en este sentido, que «en el caso de los judíos se reprodujo en cada nueva expulsión”. Para Esterovich el Holocausto “es parte de su identidad”. “La historia se repite si no se hace justicia y si no se cambian las condiciones que originaron la masacre”, dijo. Asimismo, el dirigente de Convergencia manifestó su «dolor» porque el Estado de Israel no haya reconocido todavía el Genocidio Armenio.

Por último, Khatchik Der Ghougassian, citó al historiador Richard Hovannisian y explicó que la «política negacionista del Estado turco hizo que a los armenios se les dificultara reconocer dentro del pueblo turco a aquellos que habían rescatado a los sobrevivientes armenios y que rechazaron la orden de exterminio», y advirtió que  mientras los genocidas cooperan entre ellos, «los pueblos tienen la gran nobleza de la ayuda mutua«. «El pueblo armenio tiene una gran deuda y gratitud hacia todos aquellos intelectuales, académicos, militantes, defensores de derechos humanos y hombres y mujeres de la política que posibilitaron que se saque del olvido el Genocidio Armenio. Hoy en día, a esta larga lista sumamos un nombre más, el de Súlim Granovsky», sostuvo Der Ghougassian.

Finalmente, Súlim Granovsky repasó algunas líneas de  «El genocidio silenciado» donde sostiene que «tomar posición ante semejante tragedia es un compromiso impostergable». Recorrió diversos pasajes de, abordando tanto los hechos desgarradores ocurridos entre 1915 y 1923, caracterizados como un presagio de lo que ocurriría con el pueblo judío, como el esfuerzo de Turquía por educar en el negacionismo. Es para destacar el momento emotivo que produjo el agradecimiento del autor a León Arslanian por el Juicio a las Juntas, durante el cual, según contó, asistió a audiencias y lloró “desconsoladamente».