Las dos mociones presentadas por el parlamentario Joel Voordewind de ChristenUnie fueron aprobadas por casi todos los bloques, con 142 diputados a favor.
«No podemos negar la historia por miedo a las sanciones. Nuestro país alberga la capital del derecho internacional después de todo, así que no debemos temer hacer lo correcto aquí también», declaró la semana pasada Voordewind al diario holandés Trouw.
La resolución del parlamento llegó en un momento de fuerte crisis diplomática entre Países Bajos y Turquía. Las autoridades holandesas rechazaron en marzo del año pasado que los ministros turcos fueran a hacer campaña en su país, donde residen una gran cantidad de turcos, a favor de un referéndum para aumentar las atribuciones y poderes del actual presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan. El momento más fuerte de tensión fue cuando Países Bajos le negó el derecho de aterrizaje al ministro de Asuntos Exteriores turco Mevlüt Çavuşoğlu. Alemania, Austria y Suiza también le negaron los derechos de aterrizaje al canciller turco en ese momento. El presidente Erdogan respondió diciendo que los Países Bajos eran una «república bananera», pidió sanciones de la comunidad internacional contra ellos y dijo que las autoridades holandesas eran «remanentes nazis» por su decisión.