Prensa

Los peligros de negar o banalizar genocidios

<p></p>Diario Clarí­n- Jueves 22 de Enero de 2009- Opinión

En diciembre hubo aniversarios para no olvidar ni minimizar persecuciones ni masacres de pueblos. Pero hay quienes aún se atreven a hacerlo.

Por: Mario Nalpatian
Fuente: EX PRESIDENTE DEL CONSEJO NACIONAL ARMENIO MUNDIAL

Diciembre se ha transformado en el mes que mayor y mejores noticias ha deparado a la humanidad, en su larga marcha por el establecimiento y reivindicación de sus derechos fundamentales. El 9 de diciembre de 1948 fue la sanción de la Convención para la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio. El 10 de diciembre de 1948, fue la Declaración Universal de los Derechos Humanos. El 18 de diciembre de 2008, el Tribunal Penal Internacional para Ruanda condenó de por vida a los principales responsables del genocidio en aquel paí­s.

Un genocidio de la memoria- Bernard Henri Levy

<p></p>El Sol de México
6 de enero de 2009

Escribo esto en memoria del renombrado periodista turco-armenio Hrant Dink, asesinado hace dos años, el 19 de enero de 2007, por sus comentarios acerca de la carnicerí­a de no menos de 1.5 millones de armenios por fuerzas otomanas durante la Primera Guerra Mundial… en memoria del horror de que los oficiales policí­acos que vigilaban al joven de 17 años sospechoso de asesinato, Ogun Samast, consideraron pertinente filmar un video en el que él aparece sosteniendo orgullosamente la bandera turca mientras ellos grababan para la posteridad su breve asociación con él… en solidaridad con el valeroso grupo de 200 escritores e intelectuales turcos que firmaron recientemente una petición en internet disculpándose por la matanza, arriesgando con ello su libertad en aras de mantener la presión sobre el Gobierno turco.

Cómo creer que hay “progreso” en Medio Oriente- Robert Fisk

<br />© The Independent de Gran Bretaña. Publicado en el Diario Página 12 (29 de Diciembre de 2008)

Si documentar es, como sospecho, dejar constancia de las irresponsabilidades de la humanidad, los últimos dí­as de 2008, constatan mi visión. Empecemos con el hombre que no va a cambiar Medio Oriente, Barack Obama, quien como era infinitamente predecible fue la “persona del año” de la revista Time. Ahí­, oculta en una inmensa y tediosa entrevista, está la única frase que Obama le dedica al conflicto árabe-israelí­: “Veremos si podemos construir sobre el progreso que ya se ha logrado, aunque sea a nivel conversaciones, en torno al tema árabe-israelí­; ésa será una prioridad”.