En ocasión de la visita que el Presidente de Turquía Abdullah Gul realizará a la República de Armenia el próximo 6 de Septiembre, el Consejo Nacional Armenio de Sudamérica reafirma una vez más la profunda convicción de nuestra organización y la de todos los armenios de Sudamérica, sobre la importancia de establecer relaciones de amistad y cooperación entre Armenia y todos sus países limítrofes.
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Al mismo tiempo, confirmamos el hecho que desde hace 15 años Turquía continúa su bloqueo sobre Armenia, lo que ha tenido un costo de miles de millones de dólares por daños sobre la economía de Armenia, e incluso ha prohibido que sus propios ciudadanos puedan viajar libremente a Armenia.
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Turquía persiste en su campaña negacionista del Genocidio Armenio tanto en forma interna como internacional, y continúa imponiendo leyes censuradoras y criminales, moralmente inaceptables, sobre sus propios ciudadanos que tengan la osadía de mencionar el Genocidio Armenio. Simplemente Turquía continua con sus enfermizos esfuerzos por eludir la justicia.
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No obstante, nosotros deseamos creer que esta visita presidencial no será un intento de poner en escena la propaganda turca y que tampoco pretenderá convertirse en una maniobra publicitaria turca ante la prensa internacional.
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De otro modo el Señor Gul y el pueblo turco estarían desperdiciando una oportunidad histórica, que podría ser el primer paso no sólo para una verdadera buena vecindad, sino también para la búsqueda de justicia.
.Por ello, es el deseo sincero del Consejo Nacional Armenio de Sudamérica que la visita del Sr. Gul sea un hecho realmente histórico y justifique la promesa de iniciar una nueva etapa en las relaciones armenio-turcas. Nuestra posición en este sentido es el fiel reflejo de las expectativas del pueblo armenio que están basadas en la firme convicción que las relaciones de amistad y buena vecindad únicamente pueden basarse en la verdad histórica y la justicia. Siendo principios fundamentales para ello, el inequívoco reconocimiento del Genocidio Armenio y su reparación por parte de la República de Turquía, heredera del Imperio Otomano.
Estos principios requieren que la República de Turquía acepte su culpabilidad como Estado sucesor del Imperio Otomano y comience el proceso de devolución de todo lo apropiado como consecuencia del genocidio. Esto incluye también la devolución de todos aquellos territorios injustamente apropiados, que por su reconocimiento internacional habían formado parte de la primera República de Armenia. Como asimismo el cumplimiento por parte de Turquía de sus responsabilidades y obligaciones impuestas por el Tratado de Sévres, y la devolución de todos los bienes muebles e inmuebles despojados, a sus verdaderos dueños: los armenios.
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Nuestra organización permanece fiel a su misión de ser la voz de las esperanzas y los deseos truncos del pueblo armenio. Con esta convicción, continuaremos siendo más exigentes en relación al principio por el cual las relaciones sanas con Turquía sólo podrán establecerse sobre la base de la justicia y la verdad. Esperamos que el Presidente Gul recuerde que cerca del Estadio Hrazdan, el Monumento Dzidzernagapert en memoria de los mártires del Genocidio se mantiene firme, y su espíritu reivindicador permanece vivo dentro de cada armenio, tanto en Armenia, como en Nagorno Karabagh y en la Diáspora.