El pasado 13 de Octubre se hizo referencia en la sección sociedad a la feria del libro realizada en Frankfurt y a la literatura de Turquía como “la estrellaâ€.
Se vislumbran lentamente grietas sobre el caparazón propagandista que cubre a la verdadera Turquía, lejos del exotismo oriental y de la belleza geográfica.
Su literatura refleja a una nación con mucha historia, pero con contrastes donde se filtran los conflictos no resueltos, y desde la intelectualidad hoy, se escapan hacia el exterior y hacen ver la realidad.
La mordaza a la libertad de expresión, sufrida por intelectuales como el Premio Nobel de Literatura Orhan Pamuk entre otros, el asesinato del periodista Hrant Dink, por referirse al reconocimiento del Genocidio Armenio perpetrado entre 1915 y 1923, las violaciones a los Derechos Humanos, el no respeto a las minorías, el problema kurdo, etc.
La “Republica Moderna†fundada sobre el crimen de genocidio y usurpación territorial por Mustafá Kemal, invocada como el nacimiento de una nueva era, no rompió con el lazo que la conectaba al Imperio Otomano y al Gobierno de los Jóvenes Turcos. Sólo puso debajo de la alfombra, un pasado atroz que aún hoy continúa reclamando explicaciones.
Contrastes, como la imagen renovada de una Turquía pacífica y mediadora ante conflictos internacionales, pero con una política de Estado negacionista sobre el Genocidio Armenio.
Sólo a través de la verdad y la justicia podrá revertir ésta contradicciones.